Es el último acto institucional referente a la campaña de campamentos de cada verano. Todos los nhortes están invitados a sentarse juntos a la mesa para verse las caras por última vez antes de que cada cual vuelva a su ciudad, a sus amigos, a sus estudios o a su trabajo, a los que dedica el invierno.
Es momento de reencuentros, de recuerdos y también de despedidas pero sobre todo es momento de celebración puesto que los nhortes son sin duda quienes dan su carácter al campamento y la felicidad que han sido capaces de contagiar a los acampados y acampadas de este verano obliga a darles la enhorabuena y a rendirles un merecido homenaje.
Muchas gracias a todos.