Estoy seguro de compartir con la mayor parte de nuestros seguidores la pasión por los laberintos. La sola visión de uno de ellos me invita poderosamente a entrar, a querer resolver el enigmático camino que lleva al centro o al otro lado. Me descubro a mí mismo atrapado por este juego cuando giro rápidamente al chocar contra un camino cerrado, sin darle tiempo a mi cabeza para que piense en la posibilidad de haberse, de haberme, perdido.
En los tiempos prehistóricos ya se dibujaron laberintos para confundir a los malos espíritus y en la isla de Creta, cuanta el mito que Dédalo construyó el primer laberinto para encerrar en él al Minotauro que se cobraba cada año una ofrenda de sangre hasta que Teseo, con la ayuda dela astuta Ariadna, descabelló a este monstruo entre lo humano y lo taurino.
También parece ser que los laberintos trazados en el suelo de antiguos palacios estaban asociados a los pasos de ciertas danzas rituales e indudablemente su construcción en nobles jardines sirvió para que sus usuarios se retirasen inocentemente a hacer aquello que valía más no exhibir en público.
Una vez dentro vale cualquier iniciativa menos rendirse, por más desesperante que pueda volverse la situación ante la duda de si efectivamente tiene salida nuestro laberinto. No hace falta decir que la dinámica de este entretenimiento ha sido fuente de inspiración de la mayor parte de los videojuegos modernos, aunque los amantes del papel pueden seguir disfrutando del reto que supone un bonito laberinto.
http://www.laberintos.net/laberinto.php?id=107 (Este otro es fácil, pero hay que hacerlo en en un minuto ok?)
