¿Por qué? Porque de las constelaciones visibles desde los dos hemisferios, ésta es la más luminosa. Se ve en ambos hemisferios celestes en los seis meses de “frío”: de septiembre a marzo está en el cielo boreal (nuestro invierno) y de marzo a agosto en el austral (su invierno). Es guay como icono y ejemplo de las cosas que compartimos todos los seres humanos más allá de nuestras diferencias y distancias. Claro que no todos vemos la estrella polar, o no todos vemos la cruz del sur, pero todos podemos, en algún momento AVISTAR ORIÓN.
En este número de M@ damos por fin la bienvenida a nuestra amiga Eva Ramos que ofrece su primera colaboración.