Es autor de obras maestras en la historia del cine; no faltará quien defienda apasionadamente que alguna de ellas llevaría sin dudarlo el sello de mejor película de todos los tiempos. Con El Padrino II, puso excepción a la regla que dice que «nunca segundas partes fueron buenas».
Francis Ford Coppola será galardonado en pocas semanas con el premio Princesa de Asturias de las artes y se trata de un acontecimiento singular que permitirá a los amantes de su obra, volver a ver sus películas, tenerlo cerca, escucharlo y puede que hasta conversar con él en el Café Dindurra de Gijón, donde está citado con sus admiradores.
Entre todos los actos previstos llama la atención por su originalidad la proyección de su Dracúla en la Capilla de Santa Bárbara de Coruño, en Llanera, donde quizás se logre una atmósfera plena de emoción y de romanticismo para mayor gloria del autor de la novela, Bram Stoker.
Coppola nos ha entregado tantos buenos momentos frente a la gran pantalla que bien merece una escapada a Asturias. Si no puedes venir a saludarle, siempre puedes enchufarte a una de sus películas en casa, solo o con amigos, para celebrarlo.