Uno quiere siempre celebrar este día y por otra parte le vienen a la cabeza todas las veces que falta el respeto a las declaraciones, convenciones y leyes que deben proteger a los niños y niñas, aquí y allá (aun más allá que aquí).
Buscando un punto de entusiasmo que nos permita alzar unidos nuestros vasos de limonada, me he encontrado en la página de Unicef unas líneas que invitan a brindar hoy también por todos aquellos que trabajan para que los niños y las niñas tengan un futuro mejor.
Y es que hay un montón de gente que por nada del mundo debe perder la fe ni la ilusión por cada minuto que le echa a esta tarea: maestros y maestras, profesores y profesoras (hoy también es su día), madres y padres, profesionales de la educación y de la salud de todo tipo, políticos, asistentes y trabajadores sociales, entrenadores deportivos, monitores y animadores, …
Somos muchos los que estamos remando en una misma dirección. Seguro que algo tenemos que estar avanzando.