El 6 de diciembre de este año se cumplen 30 del referéndum por el que se aprobó la Constitución Española. El acontecimiento fue importantísimo puesto que significó que las leyes con las que viviríamos los años venideros serían las que nos pareciesen bien a la mayoría de los españoles y las que le pareciesen bien a uno solo. España pasaba a ser definitivamente una democracia.
En la actualidad se debate sobre la conveniencia de modificar el texto original, que no se ha tocado en todos estos años, e incorporar cosas que la historia reciente (creación de la Unión Europea), el funcionamiento de algunas instituciones (reforma del Senado) o sencillamente el signo de los tiempos (derecho de sucesión al trono con independencia del sexo del heredero o heredera), parecen pedir con fuerza.
En cualquier caso lo mejor es que la Constitución se cambiará o seguirá como la conocemos si los españoles así lo decidimos, sea en referéndum o a través de nuestros representantes.