Pasó el respiro que el carnaval da a todos los estudiantes en la larga travesía que nos separa de las vacaciones de Semana Santa (en laico “de Primavera”). Breves pero intensas estas minivacaciones nunca sirven para formularse bonitos propósitos ni para dar paso a una vida de gimnasio y verdurita. Como durante unos días muchos aprovechan para ser un poco “otro”, el mayor esfuerzo consiste en volver a ser el de siempre, lo que ya es duro por si mismo.
En el calendario nhorteño es también el momento de celebrar con nuestros amigos y amigas alemanes que un año más seguimos juntos en la brecha de los campamentos y por ello nos juntamos en un pequeño pueblo de la Selva Negra, muy nevado esta vez, y renovamos nuestro interés en seguir acercando a los jóvenes de nuestros países, gente maravillosa a la que merece la pena conocer.
En estos 17 años ya de relación , no siempre fue todo entendimiento y comprensión, pero nunca nos faltó una sonrisa. Lo que hemos creado es muy grande.