El día 2 ha sido un día lleno de diversión y de sorpresas. El orbayu con el que empezamos la mañana no nos echó atrás y pronto los juegos y las ganas de pasarlo bien se abrieron camino. El campamento explotó en el ateneo donde hubo escenografías de mucha calidad, protagonizadas por ecos y nhortes de ciudad.
Por la noche se celebró el primer fuego de campamento del verano con el hilo conductor de la magia. Participaron todos los grupos y hubo momentos emocionantes y divertidos.
Pero también el primer día de campamento es el de las pequeñas cosas cotidianas, el de estrenar saco de dormir o el de fregar el plato y la mesa de comedor. Así es la vida: ¡tiene que haber tiempo para todo!