Se hace camino al andar. Una vez consolidado el campamento como nuestra “nueva casa”, es el momento de conocer algo de lo que hay más allá de nuestras paredes. Un entorno típicamente asturiano habitado por laboriosas y amables gentes cuyo modo de vida y costumbres se nos ofrecen de paso a nuestros respectivos lugares de pernocta.
El vivaqueo siempre es esperado por los chicos –resabiados por los veteranos- con una mezcla de inquietud y expectación que, finalmente, se convierte en la actividad que mejor suelen puntuar en las encuestas que les pasamos el último día. Y es así porque los grupos se unen, se consolidan y establecen lazos que tardarán en olvidar. Pero no adelantemos acontecimientos, de lo que en el camino acontezca os informaremos en próximos días.
Hoy, los Chispas probaron la pócima mágica que en cocina elaboraron con las frutas silvestres que recogieron en el Malaín, una granja abierta al público donde los peques, provistos de unas cestitas propias para la ocasión, van recogiendo moras, frambuesas, arándanos… Y a dormir. Los Cometas, pudieron disfrutar de la actuación del Mago Edu, y los Zulus y los Ecos dormirán bajo el manto de un cielo radiante con una luna que parece estar dibujada. Que envidia me dan estos chicos.