Este año se llevaron a cabo algunas mejoras en el suelo del campamento que sin duda han aportado mayor confort sobre todo a la hora de dormir y a la de sentarse en el Ateneo.
Atrás quedan aquellas gradas inclinadas a las que algunos cometas tenían que agarrarse en los momentos de mayor excitación y desde las que los chispas tenían una visión de tribuna sobre el resto de grupo.
En los días de lluvia, el agua que bajaba de las cabañas está ahora canalizada para que no llegue a la campa y los desagües del comedor que también vertían el agua hacia las tiendas salen ahora por la boca de un dragón hacia otra canalización.
Tras recoger el campamento pueden verse perfectamente los espacios que las tiendas ocuparon y que con la llegada de las lluvias empezarán a cubrirse nuevamente de verde hierba.