Recogemos esta noticia con gran satisfacción. Durante la madrugada del domingo 8, durante algo más de 5 horas, más de la mitad de la energía eléctrica que se consumió en España tuvo su origen en los modernos aerogeneradores, los “molinos” que vemos desde las carreteras.
Seguro que no faltará quien vea en la proliferación de estas torres un gran enemigo de los pájaros, los murciélagos e incluso un actor del cambio climático pero, amigos míos, el viento con su fuerza, la que en otras ocasiones sólo deja destrozos a su paso, iluminó la mitad del país esa madrugada con la energía limpia de un recurso renovable.
Parece ser que no todo el mérito es del hermano Eólo y que hay que felicitar también a los ingenieros que son capaces de organizar las redes de distribución eléctrica porque la electricidad de los aerogeneradores ha de consumirse sobre la marcha dado que es difícil almacenarla y por esa razón hasta hace poco tiempo los molinos se paraban cuando llegaban a un aporte del 14%. Hoy en día la electricidad producida se puede exportar a los países vecinos o emplear para realimentar de agua los pantanos y saltos de agua que horas más tarde generarán energía hidroeléctrica.
Resulta satisfactorio ver cómo trabajando juntos el hombre y la naturaleza pueden afrontar un mundo más limpio.