Edward Sheriff Curtis fue el intrépido norteamericano que dedicó más de la mitad de su vida a retratar a los indios del continente hasta dejar un legado que nos ha permitido conocer la vida, las costumbres y el alma de aquellos pueblos.
El mismo año en que nacía Curtis (1868), el jefe Nube Roja firmaba el tratado de paz que ponía fin a las guerras siux y que suponía el fin de su autonomía y la reclusión en reservas. Siendo adolescente se fabricó su primera cámara fotográfica siguiendo las instrucciones de un manual y poco tiempo después entraría como aprendiz en un estudio fotográfico donde aprendió la técnica.
Enamorado de la naturaleza y de los grandes espacios abiertos, hombre de gran valentía y resistencia física, recorrió America del Norte recogiendo instantáneas y documentándose sobre la vida de las tribus indígenas que recogió entre 1905 y 19017 en una obra colosal de 20 volúmenes y 20 carpetas con más de 2000 fotos conocida como The North American Indian.
Es el autor de todas esas fotos en blanco y negro por las que conocimos además a Toro Sentado, Jerónimo, Cochise, Búfalo Bill, y tanto y tantos otros. Naturalmente, también hizo retratos a otras muchas personalidades de la época como el presidente Roosevelt, la bailarina Pawlowa o el escritor Rabindranath Tagore pero ninguna le acarreo la fama que le proporcionó su trabajo con los indios.