Casi siempre que se cuenta una leyenda india se hace referencia a la tribu de procedencia ya que a la diversidad de grupos se une el que las historias van ligadas a lugares del paisaje en donde vivían. Por la misma razón podemos encontrar distintas leyendas que explican hechos fundamentales de la tradición indio-americana.
Aun y así estuvo muy extendida por todo el continente la creencia de que, en el principio, todo estaba cubierto de agua y no había tierra, lo que resultaba agotador para un sinfín de animales que nadaban sin descanso. Esta circunstancia motivo la primera reunión de animales que decidieron colaborar para conseguir un sitio donde alojarse. Pudieron ser la rata almizclera, el castor o el visón algunos de los primeros en zambullirse para sacar del fondo del mar unos puñados de barro que fueron depositando sobre el caparazón de una enorme tortuga; les seguirían el sapo, el escarabajo de agua y la nutria, de modo que el montón de barro era cada vez más grande y con el tiempo llegó a secarse y todos los animales pudieron entonces descansar en su tierra, viajando juntos sobre la espalda de la gran tortuga.
Costó mucho que la tierra llegase a ser, hubo que realizar un gran acuerdo de colaboración y poner un gran empeño en que hubiese tierra. Quizás por eso vivieron los indios tan apegados a la suya.