Amaneció el día como no invitando a ir a la playa, pero Manitú está de nuestro lado y nos brindó el típico día de playa ideal para el campamento, es decir, buena temperatura pero reverberación de la luz del sol, o dicho de otro modo: “resol”. Así estamos a salvo de quemaduras, insolaciones y demás riesgos del sol cuando se pone muy en plan astro rey. Podemos correr como Caballo Loco por las praderas sin exceso de sofoco, y bañarnos sin temor porque los juegos y la temperatura a ello invitaban.
Y de vuelta al campamento, uno de los autocares, el que trasladaba a los Zulus, se desvió hacia Cabranes, un hermoso y recóndito pueblecito desde donde iniciaron el camino que culminará pasado mañana tras conocer una nueva ruta, entre hermosos parajes asturianos. El pueblo los acogió con cariño y, en su nombre, el Alcalde nos facilitó la estancia en el polideportivo para descansar a salvo de las humedades de la noche. Mañana sigue su aventura.
Chispas y Cometas, después de ducharse, se acicalaron para el Ateneo… y para visitar con sus hermosas vestimentas esa otra India, la más oriental y actual.
Y jugando, jugando, marcharon a dormir mientras se oía a alguien preguntar ¿llegó ya la selección a España…? Llegó, llegó. Con el as de Copas. El copón.