El día amaneció algo gris pero poco a poco fue levantando y cuando los autocares llegaron a la playa de Rodiles ya teníamos un gran día de playa con calor aunque sin excesivo sol, en el que destacaron el agua del Cantábrico, fresca y vitalizante y los muchos juegos que se sucedieron durante toda la mañana.
Por la tarde aun quedó un ratito para disfrutar de la playa pero sobre las 5 de la tarde los zulús salieron hacia Villaviciosa, desde donde han comenzado su vivaqueo y algo más tarde los ecos hicieron lo correspondiente y se instalaron al pie de la Ría para pasar la noche.
En el campamento los chispas y cometas tuvieron ateneo nocturno en el LOROLO, nuestra tienda pabellón, a la luz de las velas, lo que resultó sencillamente encantador.
Vienen jornadas para que los miembros de los distintos grupos se conozcan por separado antes de que, de regreso, todos nos hagamos una piña.