Una vieja tradición que se remonta a la fundación de Nhorte, hace casi veinte años, es la de reunir en una cena, el último Sábado de Septiembre de cada año, a los Nhortes que participaron en la última campaña de campamentos. Este año no podía ser menos y cuarenta y seis Nhortes pudieron verse de nuevo las caras en Palencia, hasta donde se trasladan cada año haciendo un esfuerzo para no perderse la oportunidad de pasar una divertida velada y recordar todo lo que aconteció en verano.
Es tal la fuerza de convocatoria de esta tradición que son muchos los que, aun no habiendo estado en el campa, aprovechan para acercarse y poder volver a rememorar viejos tiempos y saludar a los que sí estuvieron.
En torno a esta cena, fueron naciendo otras convocatorias espontáneas que, gracias a las nuevas tecnologías (redes sociales y demás), reúnen a un buen número de chicos y chicas en Valladolid, la mañana del Sábado, y ya en Palencia, por la tarde, antes de la cena. Otros esperan impacientemente a que termine para podernos ver a la salida, y se da la curiosa circunstancia de que, en ocasiones, se encuentran por primera vez Nhortes que, aun habiendo estado incluso dos o tres años en el campa, no se conocían por haber estado en turnos diferentes, así que ésta cena también sirve para eso, para que todos tengan la ocasión de compartir experiencias.
La verdad es que después de compartir sudor y tantos buenos momentos en el campa, en pantalones cortos y camiseta, cuesta reconocer a la gente así, de calle… y de tacones.
Desde estas páginas aprovechamos para felicitar a todos los asistentes por su energía, su inagotable buen humor, su saber estar y sus permanentes ganas de disfrutar de la vida, ya sea al aire libre o en un restaurante. Un año más, y van veinte, la Cena de Nhortes condujo hasta Palencia a un número importante de nhorteños procedentes de un puñado de lugares diferentes de España. Es la fuerza de convocatoria del Nhorte.