Suena un poco como la celebración de los años chinos (por cierto que este es el de la rata), pero es que algunos de nosotros contamos y recordamos los años por el motivo que movió los campamentos de cada verano, y así hablamos del año del “Alma de artista”, el de “Los viajes”, “Las tribus”, “El cine” o el más reciente “Titiriteros”.
Este año va de cómic, quizás el modo de expresión artística más cercano a niños, niñas y jóvenes, la escuela en papel que nos animó a la lectura sin necesidad de sonoros planes, la fantasía inanimada que sigue abriéndose un hueco entre la play, la wii y la caja tonta. En la soledad silenciosa de algún rincón, alguien está siendo atrapado por unas páginas sobre las que ya volvió una docena de veces.
Los autores de comics se cuentan por cientos aunque, como suele pasar en estas cosas, son pocos los recordados y muchos menos los que llegan a cumplir 50 años de profesión: a Ibáñez ya le felicitamos desde estas mismas páginas. Quino, Goscini y Uderzo, Escobar, Manara, Ivá,… en el mundo de los comics hay estilos de lo más variado y cada cual tiene sus favoritos.
Habrá con seguridad entre los nhorteños aquellos que ya se hayan animado a dibujar sus propios comics, a otros menos ambiciosos con lo narrativo les pierden unos rotuladores y unas cartulinas para crear a sus personajes mientras que los más modernos dan rienda suelta a la muñeca con sprays de colores sobre alguna pared.
2008 arranca con una llamada desde el comic a todos los espíritus creativos e imaginativos, a lectores acérrimos u ocasionales, a quienes disfrutan dibujando y a quienes tienen ganas de disfrutar como los que saben, a quienes alguna vez tuvieron un TBO en las manos: a todos.