La isla de Córcega fue el destino de nuestras primeras actividades internacionales hace ya 22 años. Entonces fue el campamento en la playa de Sisco, al norte, con nuestros amigos alemanes, y poco después San Lorenzu, en el centro de la isla, donde un día dimos forma a la federación de asociaciones de ocio y tiempo libre CATENA con la participación de 5 países.
El enorme atractivo de este rincón mediterráneo así como la simpatía y generosidad de la familia Vincensini que nos recibe en su casa, hicieron viajar la semana pasada a un grupo de veteranos nhorteños a la Córcega interior.
Han sido pocos días aunque bien aprovechados: hubo tiempo de recoger castañas, ganar algo de terreno a la montaña construyendo terrazas de piedra, visitar enclaves históricos y hacer planes para no dejar de vernos en nuevas ocasiones.
También cantamos al calor del fuego, algo que no puede faltar allí, aunque con fortuna diversa: «O barbara fortuna…»