El día 23 de este mes se estrenó la película documental “Océanos” que ya presume de haber sida la más cara de la historia en su género. Algunos datos hablan ya de ella: 8 años de trabajo y 4 años de rodaje, un sinfín de especialistas en materias científicas y cineásticas y todo para conseguir un una película bellísima e impactante sobre la vida marina.
La proyección sorprende por la calidad de sus imágenes sobre distintos aspectos de la vida en el gran azul: es espectador puede disfrutar de la imagen del tiburón cazando, del juego de los delfines sobre las olas o de una superpoblación de centollos (¡y yo que tenía miedo de que se fuesen a acabar…!), pero también de la visión de especies que seguramente jamás haya visto y e las siempre impresionantes de la vida oceánica polar.
Pero la película no elude hablar de la presión de la mano del hombre sobre la vida en los mares y de los cientos de especies que desaparecen cada año en los océanos. No obstante unos acertadísimos mensajes al final de la película remueven al espectador en su butaca porque aún estamos a tiempo de poner freno a esta destrucción, en una misión que debemos emprender sin tardanza y sin remedio.
Por cierto, se dice que durante la grabación de la película fueron descubiertas 5.000 nuevas especies de seres marinos: procuremos que nos duren muchos años.