Instalados todos y sin casi tiempo para las presentaciones oficiales, esta gran nación india paralizó sus quehaceres cotidianos para disfrutar de un acontecimiento que, más allá de la afición futbolera de cada cual, se presentaba ciertamente como histórico. Y mereció la pena.
Porque triunfó algo más que España, triunfó el fútbol-juego, jugar. JUGAR como sueñan con JUGAR los niños en los patios de los colegios, en los barrios.
Estos “chiquitos” (Iniesta, Xavi, Villa, Silva…), de un país que en esto nunca ganó nada, sin levantar apenas la voz, sin triunfalismos, sin apelar como antaño a la “raza”, a la testosterona más chusca… han conseguido imponer la habilidad a la fuerza; la picardía a la estrategia, la osadía frente a la especulación. No ha triunfado sólo España. Han triunfado las ganas de JUGAR por encima de todo lo demás.
Nuestros aguerridos «indios» pudieron disfrutar una vez más con cada pase eléctrico de Villa, con la maestría de Xavi, con la imaginación de “swit Iniesta”…con el “tiralíneas” de Xabi Alonso. Pero, además, esta vez sí, esta vez ganaron los que mejor JUGABAN. Hoy ganó el niño que quería ser uno más entre Pelé, Tostao, Gerson, Giresse, Platini, Tirana… Hoy ganó, por encima de todo, EL JUEGO. Y aquí, como somos muy de jugar, pues todos felices como perdices. Así que nos vamos todos a la playa a jugar. Y cuando vayamos pudiendo, os iremos contando.