El deporte es un ámbito en el que se generan multitud de risas y de sonrisas. A veces se producen escenas graciosas pero normalmente la risa brota aquí cuando se logran los objetivos deseados como una forma espontánea de celebración de la victoria.
La celebración de un éxito deportivo mediante la risa suele ser proporcional al reto en sí, a las dificultades que se fueron encontrando en el camino y al logro con sus componentes estéticos. Dicho todo lo cual podemos ver aparecer distintos tipos de risa tras la consecución de un malabarístico punto de ping-pon, en la cima de una montaña tras una dura travesía o con el gol que adjudica a una selección la final de un campeonato mundial. Por lo mismo, el atleta que no finaliza la competición el primero pero mejora su marca personal es posible que también luzca una amplia sonrisa a falta de podium y medalla.
Acompañada de altos grados de emoción y expectación la risa puede alternarse con gritos, abrazos y lloros y es expresión de la vivencia de un momento feliz que nunca se ha de olvidar. Aceptar que en el deporte también se puede perder, e incluso que lo más normal es no ganar, no sólo ayuda a encajar la derrota sino también a disfrutar plenamente de la victoria.
Estos días se viven en España con algarabía y gran excitación distintos logros deportivos y alguno más está muy próximo a provocar muchas risas y alguna lagrimilla. Entrado el verano también nosotros celebraremos con sana pasión infantil cada gol, cada canasta, cada final de vivaqueo o cada carrera por la playa, y reiremos muchas veces porque éste es el trofeo que más nos gusta.
