Arte de acampar, es decir, permanecer en el medio natural durante al menos una noche, independientemente de los medios con que se realice.
Es una actividad en donde el niño y adolescente aprenderá valores para la convivencia, la experiencia y la interacción con la naturaleza.
La actividad cotidiana expone al joven a vivenciar ciertas experiencias fuera de su rol con la familia y compañeros habituales y permite que afloren nuevas actitudes y recursos.
Chema Manzano