Se trata de una dura tarea pues al cansancio acumulado del verano se suma la soledad en la que queda el campamento, que durante dos meses no ha parado de vibrar y que sólo los días de playa se ha tomado un descansito.
Ver la campa y el comedor vacíos o la piscina tapada para pasar el invierno son cosas que sorprenden incluso a los más veteranos esa última mañana cuando ya decimos adiós al Indio 2010. Así y todo este equipo de desmontaje que veis en la foto sacó fuerzas de flaqueza y dejó las cosas bien recogidas para que estén en uso en el verano de 2011, para el que ya quieren ir sonando nuevas ideas.
¡¡NOS VEREMOS!!