No hay nada para el ánimo como un día soleadito tras una larga jornada de lluvia. Parece como si ese sol se viera dibujado en todas las caras con las que uno se puede cruzar a lo largo y ancho del Campamento Desaparecen afonías como por arte de magia, la inapetencia da paso a un apetito voraz y, sobre todo, se puede caminar sin botas. Que, aunque el mal tiempo, como decíamos ayer, no nos corta el rollo, mola mucho poder ir a la playa, como hoy, que fuimos a la Isla, en el concejo de Colunga. Y los Ecos en dirección a los Lagos y a participar en una aventura que les dejará un grato recuerdo sobre las aguas abruptas de los ríos asturianos…mañana os contaremos por qué. También los Zulus emprendieron su particular aventura, que les llevará a recorrer lo más pintoresco del paisaje más típico de Asturias.
Pero antes, en La Isla se pudo aprovechar al máximo del día, ideal para bañarse, tomar el sol, jugar…y hasta comer, cuando el esperado Rober llega con la furgoneta cargada de viandas (¡qué bien nos comen estos niños, oiga!).
De vuelta al campa, más juego en la piscina, duchita, y al Ateneo, donde Chispas y Cometas pudieron asumir todo el protagonismo para ellos. Mañana os contaremos lo que aconteció en las diversas andanzas de Zulus y Ecos. Pero de momento, y como decía aquel entrenador de fútbol: “Chicos bien, moral alta”.