Pasados los nervios previos al campa (esa última noche sin apenas dormir), y recorridas todas las expectativas (¿cómo será? ¿quién estará?¿qué haremos?), una vez todos aquí, dedicamos la tarde y la noche a conocernos mejor y a conocer la que será nuestra casa estos próximos diez días. Para ello, se ponen en marcha las actividades encaminadas a ello. Los Chispas, bueno, los Chispas no necesitan mucho juego para conocerse…llegan, se ven y a jugar, por eso marchan más pronto a la cama, porque no paran los tíos.
Los Cometas dedican la actividad de la noche a reconocer a fondo la instalación y sus servicio; para ello estrenan la linterna: los Cometas son, con mucho, los más acérrimos “linternistas”.
Los Zulus se emplean a fondo en un juego en el que tienen que reconocer a los demás a través de una serie de divertidas referencias, y se buscan, y se encuentran –como véis en la foto-.
A los Ecos, en su condición de casi adultos, les explicamos todo lo referente a los límites que no pueden sobrepasar, y a que colaboren con nosotros en dar un buen ejemplo a los más pequeños.
Y cuando toca dormir, como vienen “frescos” como lechugas, pues les cuesta, y hay que insistir un poco, que mañana la magia empieza con ganas a envolvernos en sus redes.
Hasta mañana entonces, amigos, un cordial saludo desde el primer día de campamento.